En estas navidades en México, me encontré con una pequeña exposición de escultura en el Centro Nacional de las Artes. El tema era “Tiempo y Espacio”. Para mi algo complejo sólo de pensar.
Después de andar una media hora por ahí, me encontré sumergido en el sitio. La expo no tenía orden alguna de vista para las esculturas, además de ser tridimensionales, se tiene más libertad para moverte en un museo.
El nombre de uno de los expositores, y de las obras que más llamaron mi atención, es PETER VOGEL. Alemán, físico, artista e investigador del tiempo y el espacio, algo así como tempuspaciólogo.
Trataré de explicar una de sus obras “Ton-licht-parallen”. Imagen 1.
Mide aproximadamente metro y medio desde la base. Funciona cuando uno, como espectador, se acerca a ella de formas diferentes. Hace sonidos y luces diversas dependiendo con la intensidad de aproximación y velocidad hacia ella. Una vez frente a ésta, tiene algún sistema foto-eléctrico que distingue los gestos del espectador en una distancia de
Es inevitable pasar un rato frente a ella y descubrir qué gestos puede reconocer y esperar la respuesta haciendo combinaciones irrepetibles. Acercarme corriendo hacia la escultura con cara de enojado, dando pisadas fuertes y tarareando. O Alejarme lento arrastrando los pies. La verdad es que la gente que está frente a la obra es igual de ingeniosa que el autor al manifestarse ante Ton-licht-parallen.
En el booklet de la exposición Peter Vogel define sus obras como “procesos de comunicación primitivos”. Explica que un sensor capta estímulos del exterior y envía señales eléctricas a un aparato que decodifica la señal produciendo señales que envía una vez más al mundo externo. Interacción.
Sé que mi narración puede sonar algo así como a los perros virtuales o robo-dogs , pero no es así. Me sorprendió.